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Buenos días,
Este tema me ha hecho reflexionar mucho y ponerme en lugar de la persona que esta sujeta o mejor dicho “atada”, con las connotaciones que tiene esta otra palabra. El problema es que quitar estas sujeciones requiere otro tipo de atención, que en las residencias que he visitado como familiar en mi caso, no prestan. Es un tema muy duro, que al final resuelven dejando la responsabilidad en manos del familiar, pues es quien debe decidir o autorizar que se pongan o que se eliminen. Salvo excepciones (como comentaste Alicia en postoperatorios, etc.) no creo que haya una justificación para mantenerlas, pues el “es por su bien” en realidad es por el bien del cuidador, del centro, etc. Además, según las investigaciones que se han comentado, ni siquiera le aporta ningún bien. Se hace necesario que desde las administraciones se legisle y se exijan cambios, con planes de eliminación obligatorios pues al final me parece que se convierten en una forma de maltrato.