Considero que los principios de María Montessori son aplicables a la población mayor, puesto que se pueden adaptar perfectamente a ellos; es más, muchos de ellos ya los ponemos en práctica la mayoría de terapeutas ocupacionales, solo que no lo relacionamos con esta metodología. Me refiero, por ejemplo, al hecho de preparar el ambiente ante una actividad o ejercicio teniendo en cuenta las necesidades de cada persona, a realizar una atención centrada en la persona (individualidad) para sacar su máximo potencial, nuestra observación constante para conocer cuáles son sus necesidades (papel del adulto), así como la importancia de enfocarse en unas áreas y no otras dentro de cada fase de deterioro (periodos sensibles). Quizás, el principio de la mente absorbente puede parecer más complicado de aplicar pero no debemos olvidar que las personas mayores poseen aún esa capacidad ilimitada de aprender a través de la manipulación de todo aquello que está a su alcance. ¡Son capaces de sorprendernos gratamente!