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Buenas tardes, respecto a los ejemplos de cada una:

Prácticas potenciadoras:
– Calidez: considero que demostrar afecto, proximidad y preocupación es esencial cuando se trabaja con personas (en cualquier ámbito, pero sobre todo con niños, ancianos y personas dependientes)…Desde un simple: ¿Cómo estás hoy? me alegro de verte, qué guapa/o estás, tu sonrisa me alegra la mañana, es una suerte contar contigo, etc. Cuando mostramos cariño a los demás, les hacemos sentir valiosos y eso se traduce en felicidad y sentimiento de pertenencia al grupo.

– Facilitación: cuando nos adaptamos a las necesidades de los demás, así como el medio y actividades que les rodean les estamos capacitando, permitiendo que colaboren e incluyéndoles en la vida y su entorno. Si les damos la ayuda justa (ni más ni menos) que necesitan, les empoderamos y permitimos ser dueños de su vida y su ritmo. Como decía Einstein: “Si valoramos a un pez por su habilidad de escalar un árbol…”. Respetando sus ritmos y adaptando el grado de dificultad que encuentran en su entorno y actividades diarias, les hacemos menos dependientes, ganan autonomía, autoestima y seguridad en sí mismos.

Prácticas detractoras:
– Ignorar, que a su vez incluye el excluir e imponer: cuando imponemos una actividad (en muchas ocasiones, incluso la soledad o aislamiento) sin atender a sus necesidades o gustos, les estamos ignorando y a la vez excluyendo de la toma de decisiones sobre su vida y tiempo.

– Interrumpir, es a su vez una forma de cosificar y una falta tremenda de respeto y afecto. Recuerdo que mi madre me contó que una vez que fue a visitar con sus hermanas a su tía a una residencia, quedaron estupefactas al ver como mientras su tía dormía tranquila en una silla, dos celadores la cogieron en volandas (sin avisarla antes ni mencionar palabra) y la sentaron bruscamente en una silla de ruedas para llevarla a donde estaba “la visita” (sus familiares). Ellas se sintieron muy ofendidas y violentadas por ese comportamiento tan descortés e inhumano, ya que su tía, anciana de 80 y tantos años, se sobresaltó muchísimo y no sabía qué estaba pasando, alterándose en exceso y casi acaba en el suelo. Al acercarse, se lo dijeron a los celadores en cuestión, pero en lugar de disculparse, alegaron que tenían prisa y no podían estar perdiendo el tiempo con esas cosas sin importancia…demoledor!!