Considero que todos los principios del método Montessori son aplicables al campo de la geriatría. Por supuesto son importantes todos estos principios para conseguir los objetivos que nos proponemos trabajar con la persona, pero uno de los que más importante me parece es el principio de individualidad. Cada persona es única y debemos realizar una intervención centrada en la persona, teniendo en cuenta sus gustos, costumbres, rutinas, capacidades, etc… Los objetivos a trabajar con esa persona se alcanzarán con mayor éxito si es de interés y tiene un significado real para la misma. Debemos evitar «obligar» a los mayores a que participen en actividades que no quieren (porque no se les apetece) o porque no les gusta. Hay que respetar a cada uno, siendo empáticos e intentando comprender qué le puede ocurrir para que no quiera participar, teniendo en cuenta sus sentimientos y emociones. Esto entra dentro del ambiente preparado, debemos buscar siempre crear un clima agradable, en el que la persona mayor participe por voluntad propia y se sienta a gusto con la actividad, evitando crear climas negativos que puedan alterar la conducta de la persona.