#2679
Anónimo
Inactivo

Hola! allá voy con mi participación en el foro:
PRÁCTICAS POTENCIADORAS
1- ACEPTAR: A través de la comprensión de la singularidad neurológica de cada uno hemos logrado aceptar más aun de lo que lo hacíamos. Las valoraciones cognitivas ayudan (tanto a mi como al personal) a entender que la mayor parte de las veces no se trata de cambiar al otro sino de cambiar el ambiente y cambiar nosotros en nuestro estilo de relación.
2- VALIDACIÓN: Por la cuenta que me toca como psicóloga del centro, he de decir que una de las cosas más bonitas de esta profesión es el poder que tiene la validación de las emociones del otro. “Permitir sentir”, sin juzgar, sin buscar soluciones para evitar aguantar el dolor, enfado o malestar del otro, es de las cosas que más disfruto en mi práctica profesional. NO permito al equipo los “no llores”, “no te enfades”, “tienes que relajarte”…estas frases son señal de que una persona no está preparada para soportar el malestar del otro y en este trabajo, la atención directa con personas con necesidades de apoyo, esto es inaceptable.

PRÁCTICAS DETRACTORAS:
1- RITMO INADECUADO: caemos una y otra vez. Lo bueno es que ya nos damos cuenta y no dejamos pasar mucho tiempo hasta que buscamos una solución. Los horarios de higiene bucodental son el momento crítico. Bueno y también cuando hay salidas y preparamos nosotros las cosas para que de tiempo de todo. Y así…otras situaciones que, teniendo más reparo podríamos evitar.
2-EXCLUIR: aquellas personas que presentan una dificultad importante en la comunicación suponen muchas veces un trabajo extra para los trabajadores a la hora de preparar actividades. Además, podría poner de ejemplo una persona con mutismo selectivo que, literalmente, se hace pequeñito y dejas de atenderlo. Un horror, vaya, pero es así.