Las prácticas POTENCIADORAS:
La CALIDEZ y el RESPETO, que creo que van de la mano, si no tienes un trato cercano con la persona mayor, lo notan y si no eres sincera también, van a notar que no respetas su forma de actuar, de ver la vida y si le das un poco de DIVERSIÓN, siempre el sentido del humor acerca a las personas, también respetando sus intereses y preferencias, pero desde que le cojas el punto/la fibra, todo va rodado.
Las prácticas DETRACTORAS:
La INFANTILIZACIÓN y la BURLA, también las veo muy unidas, el hablarles como si fueran menores, con diminutivos y de forma paternalista, o generista, cuando hablan de nuestros mayores, como si nos pertenecieran y la INTIMIDACIÓN, al chantajearles si no hacen algo que esté planificado, en un horario determinado, decirles que se van a quedar sin merienda, o vejaciones varias.
Hay una mujer, Anna Freixas Farré, gerontóloga que tiene un artículo de opinión sobre el tipo de habla con el que nos dirigimos con mucha frecuencia a las personas mayores, no tenemos un término específico en nuestra lengua, pero en inglés -elderspeak- que denuncia el tipo de violencia sutil que se ejerce despojándolas de su individualidad/ser. A ver si lo recupero y se los comparto.
