Prácticas potenciados:
– Calidez: importante dirigirnos a las personas mayores con voz cálida y amable, sin tonos autoritarios.
– Incluir: incorporar a la persona a las actividades, a las conversaciones en grupo, a la vida del Centro… Aunque la persona, por ejemplo, tenga un carácter diferente al nuestro, o incluso no congeniemos, hay que ser profesional y hacerle partícipe de las experiencias del Centro.
Prácticas detractoras:
-Imposición: se debe tratar de manera horizontal a las personas mayores. No por el hecho de ser trabajador debes creer que tú decides cuándo y cómo deben hacerse las cosas. Hay que poner a la persona por delante y empoderarla. Sin imposiciones.
-Interrupción: a veces, por la falta de tiempo, dejas a la persona mayor con la palabra en la boca, pues debes atender a otra persona. En el caso que eso ocurra, al menos, disculparte y explicar brevemente al residente la situación, y que, en cuanto se solvente, volver a atenderle.