Prácticas potenciadoras:
– Ritmo adecuado: ofrecer el tiempo necesario para que las personas realicen por sí mismas las actividades que puedan llevar a cabo como cepillarse los dientes, hacer los traslados deambulando sin prisas, etc.
– Celebración: reconocer el esfuerzo, empeño y participación tras terminar o participar en una actividad que le hemos propuesto anteriormente.
– Autenticidad: antes de plantearle un ejercicio, explicarle qué queremos que trabaje y porqué va a ser beneficioso para el usuario, así podrá decidir si quiere realizar la actividad o no.
Prácticas detractoras:
– Ritmo inadecuado: cuando hacemos traslados sin anticipar porqué se les está moviendo o a dónde vamos a ir.
– Etiquetar: cuando clasificamos a algunas personas por una característica de su trastorno como utilizar el término “los errantes”.