Prácticas potenciadoras:
– Calidez: tratar a las personas que viven en residencias o acuden a centros de día con cariño, apoyo. Demostrarles nuestro afecto, ser cercanos, igual que ellos te cuentan cosas de sus vidas contarle nosotros (los profesionales) cosas de las nuestras.
– Aceptación: aceptar a la persona tal y como es, sin centrarnos en sus déficits o sus capacidades, sus enfermedades o cualquier otra “etiqueta”. Aceptarlas y tratarlas como personas de este mundo.
Practicas detractoras:
– Ritmo inadecuado: no les dejamos ir a su ritmo. Todo tiene horarios y normas. El primer turno de comedor empieza a la 1:30 y acaba a la 1:45 y tiene que ser así. Y si no ha acabado le meten prisas o incluso le quitan el plato.
– DESEMPODERAMIENTO: la práctica que más me frustra y entristece. Ver como los trabajadores le hacen a los residentes absolutamente TODO. Encontrarte siempre con la misma justificación “es que si dejamos que se vista él no nos da tiempo”, esto me entristece ya que la persona pierde autoridad y su propia identidad.
- Esta respuesta fue modificada hace 3 años, 7 meses por Laura Palencia Martin.