Prácticas potenciadoras:
– Respetar: tratar con respeto y educación a los residentes a la hora de hablar o tratar con ellos, reconociendo que son mayores que nosotros y que tienen mucha más experiencia, por lo que se merecen todo nuestro respeto.
– Incluir e integrar: fomentar que los residentes se sientan integrados en las actividades y conversaciones en las que estén presentes, de manera que se integren de forma adecuada, preguntando por sus opiniones y sentimientos, y adaptando las actividades para que puedan participar en las mismas, dando valor a sus capacidades y no a sus déficits.
Prácticas detractoras:
– Infantilización: hablarles y tratarles como a niños pequeños, haciéndoles todas las cosas sin dejar que muestren las capacidades o habilidades que aún conservan, y ponerles actividades infantiles.
– Imposición: obligar a un residente a realizar una actividad que no le gusta, u obligarlo a llevar una ropa que no le agrada por el color o el estilo que tenga.