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POTENCIARORES:
– Ritmo adecuado: Adaptarnos nosotras como profesionales al ritmo del mayor, para crear un ambiente relajado donde el mayor se sienta acompañado en todo el proceso de intervención y no sienta que es una carrera a la que no puede llegar.
– Empoderamiento: Reconocer en el mayor todas sus CAPACIDADES y delegar en el/ella el control de su vida y la toma de decisiones. Ya que son personas con todos sus derechos.
– Diversión: El mayor debe seguir con su plan de vida y con sus propósitos después de ingresar en una residencia. Por lo tanto debe seguir siendo una persona Feliz donde el humor y la diversión estén presentes.

DETRACTORES:
– Infantilizar: Olvidarnos de tratar a la persona mayor de un modo maternalista como si fuera un niño/a. El mayor es una persona adulta en su etapa de vejez y da igual que tenga un deterioro cognitivo debe ser tratado como adulto.
– Evitación o Abandono: Todas las personas mayores con las que trabajamos deben tener la misma intervención, sin importar su deterioro cognitivo. Somos los profesionales los que debemos tener herramientas suficientes para poder trabajar con todos y ofrecerles todos los apoyos que necesiten.