Desde mi punto de vista, cuando observo a mí alrededor a las personas mayores que conozco de algún tiempo atrás y que he acompañado a lo largo de mi vida y experiencia, sus comportamientos, conductas se van pareciendo más a las de un niño. En algunos casos la soledad, en otros sus costumbres a hacer las cosas y las mismas repetitivamente, o en otros porque deciden otros adultos que le rodean,…estancándolos en una realidad al recibir poca estimulación. Es por esto, que es necesario regresar a la inclusión de reglas y métodos que deben ingresar de una manera suave y no invasiva.
• Favorecer la independencia. Es vital que el adulto mayor conserve su capacidad de decisión. Tal cual lo propone la metodología Montessori, dar opciones a los adultos mayores en lugar de tomar todas las decisiones por ellos es lo ideal, pues favorece su autoestima.
• Hacer que trabajen con las manos. Gracias al trabajo manual los adultos mayores mejoran su concentración y mantienen su destreza manual, o en otras ocasiones, pueden recuperarla de manera significativa.
• No le ayudes. La ayuda debe estar presente únicamente cuando sea necesario. No es bueno infravalorar las capacidades de los adultos mayores y hacer cosas por ellos que bien pueden lograr por sí mismos. Para lograr este punto, es necesario estar consciente de las capacidades reales del adulto mayor para evitar presionarlo de más o de menos.
• Es fundamental hacer tareas. Tareas como doblar la ropa poner la mesa, repartir el correo, regar plantas, permite que los adultos mayores tengan un propósito y se sientan útiles tanto para la familia como para la comunidad.
Considero que aplicar de una manera correcta la metodología Montessori, puede incentivar a lograr:
– Que los adultos mayores se sientan parte importante y útil de una sociedad
– Mejoran de manera significativa su autoestima
– Interactúan con la familia
Es importante decir que sí se desea implementar la metodología en un adulto mayor, se deben hacer cambios físicos en el hogar para poder lograrlo.