Expongo las ideas de los principios Montessori aplicados en el trabajo con personas mayores:
– Mente absorbente: refutada en las teorías de neuroplasticidad que respaldan las neurociencias. El cerebro de un niño tiene mayor potencial de aprendizaje, pero dicha plasticidad dura toda la vida. En personas con demencia en fase avanzada, seguramente no comprenderán el lenguaje verbal, sin embargo, son capaces de captar el tono de voz (enfado o amable) y ciertos estímulos del entorno y ser, por tanto, sensibles a ellos. Conviene tenerlo en cuenta a la hora de intervenir con ellos.
– Ambiente preparado: tiene en cuenta el entorno de manera que se favorezca el orden y la seguridad tanto física como emocional. El material ha de ser accesible para permitir la elección de la persona y si esta no es capaz de hacerse con ello, el profesional se lo hará llegar. En caso de no haber capacidad de elección por parte de la persona, se le facilitará la decisión mediante la presentación de alternativas.
– Periodos sensibles: se estimularán aquellas funciones que todavía mantiene la persona. Nos centraremos en lo que conserva y en el máximo nivel que la persona puede alcanzar.
– Papel del profesional: marcar directrices, guiar, observar necesidades. Si esto se hace correctamente, la propia persona se autocorrige.
