Buenos días,
De formación soy psicóloga y llevo unos meses trabajando como animadora en una residencia para personas mayores. Es mi primera experiencia en esta área laboral y mi deseo de hacer las cosas de otras manera me llevó a encontrarme con el modelo de Montessori para personas mayores y con este curso en concreto. No puedo estar más contenta y, lo más importante, las personas mayores con las que trabajo han percibido el cambio y son los mayores beneficiados. Y eso que de momento solo he hecho un “cambio de chip” integrando los principios y abordando el trato con ellos desde otro lugar menos “paternalista” y más “explorando su potencial y fomentando la acción”
Comparto y coincido con la mayoría de comentarios: los principios de Montessori me parecen aplicables en su totalidad. Eso sí, con matices y dependiendo de factores que no dependen del adulto mayor ni del terapeuta, sino de la visión/perspectiva o política que tenga nuestro lugar de trabajo. Una gerencia abierta a escuchar propuestas innovadoras y a ofrecer recursos para que sea posible trasladarlas con las personas mayores, influirá muchísimo en poder aplicar o no los principios. Me consta que en algunas residencias sí se están realizando notables cambios de perspectiva y que en otras, todavía no y siguen con un modelo asistencial con poca estimulación. PEro me gusta pensar que sí está habiendo un cambio de mirada, de paradigma. Por otro lado, los periodos sensibles los veo como algunos compañeros que han citado tener en cuenta en qué estadio está la persona y hacer lo posible para aprovechar el potencial que todavía sí tiene.