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Durante el transcurso de ir conociendo la propuesta de actividades Montessori para Mayores me surgieron algunos interrogantes y reflexiones. Voy a intentar fusionarlos en las respuestas a las preguntas planteadas.
Considero que cada actividad es útil si es pertinente a las necesidades del individuo destinatario, por lo tanto la utilidad de las actividades es relativa y depende mucho de la pericia, observación y buen juicio de quien la proponga.
Creo que en estos últimos años han logrado sistematizar y crear un cuerpo de conocimientos de propuestas Montessori para Mayores muy interesante y meritorio, abarcando todos los estadios cognitivos. Pero, en mi opinión, creo que se podrían articular, por lo menos en los estadios iniciales con actividades motrices globales. Tal vez la marcha, los desplazamientos, el lanzar y ese tipo de habilidades motrices básicas podrían sumarse a la lista de actividades (es una apreciación personal), como un elemento más, destinado a preservar la independencia motriz de la persona.
María Montessori generó actividades para un público infantil, observando sus características. Y una característica de la infancia es el movimiento espontáneo mediante el cual se descubre el mundo y su propio esquema corporal.
Tal vez, en este trabajo de observación y adaptación de actividades Montessori para personas mayores, puedan surgir otras actividades o categorías que en la infancia no tienen sentido porque se dan de manera espontánea pero en la vejez es preciso considerarlas y estimularlas.Me resulta difícil responder la última pregunta. No podría valorar si algunas me gustaron más y otras menos. Lo pienso como actividades complementarias orientadas a estimular a la persona, por lo tanto, todas muy valiosas e importantes.
Me da mucha curiosidad como sería la formación Montessori si se planteara desde cero, exclusivamente para quienes trabajamos con mayores.
Lo que sí tengo claro es que este curso ha sido una tremenda experiencia, súper enriquecedor, que me ha tenido entusiasmada desde el primer video, y que me motivó a querer seguir profundizando en esta temática. Además le dio fundamento a muchas actividades que he realizado de manera instintiva, así que solo tengo palabras de agradecimiento y afecto.Considero que dadas las características de este tipo de talleres, es imprescindible la planificación, tanto para contar con el material más pertinente para cada usuario (individualizarlo), como para poder generar un clima de trabajo armónico.
El bajar la incertidumbre que genera la improvisación también permite que el profesional al frente del taller esté más calmo y orientado a los participantes en vez de estar intentando resolver la propuesta de actividades.Ejemplos de prácticas potenciadoras:
Diversión: contagiar con la propia alegría al residente con un saludo alegre por la mañana y un tono de voz motivante sobre las actividades que le esperan en el día.
Aceptación: dimensionar las condiciones y posibilidades del residente y aceptar sus pérdidas, sin que ello nos desanime al momento de seguir ofreciéndole actividades con sentido, acordes a su realidad actual.
Ejemplos de prácticas detractoras
Cosificar: en residencia, vamos a dejar a doña María en su silla de ruedas, (con sujeción) para que no se caiga, frente a la ventana, para que se entretenga mirando hacia afuera. Sin consultarle a María si eso le gusta, o conocerla lo suficiente (observarla) si se encuentra a gusto con eso. Tal vez le molesta la luz tan directa en la vista, o la angustia sentirse enjaulada.
Intimidación: amenazar al residente con algún castigo físico si le cuenta a sus familiares sobre alguna irregularidad o abuso de poder que sufre en la residencia.
Claro que sí, tienen tanto en común que sería la combinación perfecta. Filosofía compartida, valores, individualización de las propuestas, ambas esforzándole por darle sentido a la vida de la persona. Desde allí se va a ir escribiendo un nuevo capítulo en las intervenciones gerontológicas.
Creo que como todo lo que se plantea en el método Montessori, demanda de un análisis individual de cada caso. Aceptando que por regla general son Centros libres de sujeciones, con excepciones temporales en caso de ser necesario.
Creo que lograr residencias libres de sujeciones implica más formación y empatía con los residentes, y eso, por lo menos en mi país, se encuentra en un estadio incipiente, con tímidas experiencias que son excepcionales.
Creo que el problema está en la falta de capacitación de los trabajadores y principalmente los magros salarios de los cuidadores y enfermeros, los estratos más bajos dentro de la residencia. Donde muchos acceden por necesidad económica, sin la formación necesaria, y la combinación de muchas horas de trabajo, una escasa remuneración económica, falta de experiencia en el tema y poca preparación profesional derivan en prácticas como la sujeción (física y química), infantilización de los residentes, situaciones de violencia (física y psicológica) y abuso de poder.Me parece súper interesante reflexionar sobre la aplicabilidad de los principios con personas mayores. Principalmente por dos razones, la primera es que solemos tomarnos poco tiempo para analizar las teorías que adoptamos y menos tiempo aun en ajustarla a las personas con las que trabajamos. Y en segundo lugar, cada profesional tiene una mirada condicionada por su profesión, es decir, va a poder analizar la aplicabilidad desde una arista complementaria a otros colegas gerontólogos. Lo cual nos enriquece significativamente si logramos establecer espacios interdisciplinarios de reflexión, debate e intervención.
Considero que todos los principios son aplicables, pero que demandan diferentes niveles de trabajo personal (a cada profesional), para salir de nuestra zona de confort y pensar nuevas dinámicas de trabajo, en virtud de que la propuesta esté realmente centrada en la persona.
