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Me han encantado todas las actividades y sus posibles adaptaciones o modificaciones. La torre rosa, el tablero del 100, los cilindros de sonidos, los cilindros con y sin botón, los bloques lógicos, etc.
Creo que en el estadio moderado es más fácil de implementar, al ser actividades más simples y más adaptadas a sus capacidades. Quizás en un deterioro más leve o sin, vean actividades demasiado sencillas o sin utilidad para su nivel y la rechacen con más facilidad.En mi opinión, es fundamental la planificación, debes tener claro los objetivos que quieres trabajar, cómo lo vas a lograr y que necesitas para ello. Si planificas de ante mano, puedes anticipar los posibles fallos o necesidades de la actividad y posibles modificaciones. Además, el tiempo que dedicas a la actividad y a la persona son para ellos no para ir a por algo…, si tuviera esto podría funcionar mejor…, mejoramos la calidad de la intervención.
Prácticas potenciadoras:
1. Ritmo adecuado: crear una rutina que siga el ritmo de la persona y sus costumbres, por ejemplo en las ABVD.
2. Empoderamiento: que la persona sea quien marque los objetivos, sus necesidades y tome las decisiones sobre sus cuidadosPrácticas detractoras:
1. Ignorar: pasar de largo, por saber que te va a pedir la persona o por sus comentarios recurrentes hacia temas que le obsesionan.
2. Infantilización: tratar a la persona como si no comprendiese lo que se le dice o hablarle como si fuera un niñoCreo que sí, se complementan muy bien. Ambos ponen a la persona en el centro, busca su autonomía e independencia. Qué la persona sea consiente de lo que hace y disfrute haciendo. Ambos buscan la mejora de la calidad de vida y que esta sea lo más significativa y agradable posible.
Creo que sí sería posible en todos los casos, podemos adaptar y adecuar el entorno para que sea seguro para la persona y pueda moverse libremente por el centro. Además protegerla con otros mecanismos que no agobien, ni restrinja su movimiento. Por ejemplo, si es una persona que se levanta continuamente y no recuerda que las piernas no le van a responder colocar rodilleras para disminuir el impacto contra el suelo.
Hay casos que por necesidad no hay más remedio que utilizar sujeción, por ejemplo, cuando hay peligro de arrancarse una vía o una sonda, porque la persona esté nerviosa o no comprenda las circunstancias, pero es un momento concreto, no debe prolongarse en el tiempo.Hay centros que por desconocimiento, falta de información, por “es lo que se ha hecho siempre”, falta de personal o negación de la familia, es complicado la retirada de estas ataduras. Debería ser general esta formación a todos los centros por el bien de todos.
Desde mi punto de vista, creo que todos los principios Montessori pueden incorporarse en el trabajo con mayores. Para ello, necesitamos del cambio de mentalidad de los residentes, trabajadores y familiares; a un pensamiento “de hacer”, en lugar de “que me hagan”. Pasar del rol pasivo del residente a uno activo, donde se fomente su independencia, autonomía y calidad de vida.
Por otro lado, pienso que el principio de Autoeducación (Control del error) es el más complicado de alcanzar en el trabajo con personas con deterioro ya más avanzado o grave. E incluso, de aplicarlo a nosotros mismos, solemos marcar el error o que la persona lo encuentre para que lo modifique, pero luego no se vuelve a reforzar para conocer si se ha aprendido de ese error.
Pero estoy segura, que con el avance del curso cambiaré de opinión y seré capaz de aplicar todos los principios de este maravilloso método.
